jueves, 12 de diciembre de 2013

PARED



El nombre que soñaba por la noche,
a la mañana siguiente lo escribía
en una enorme pared
frente a mi casa.
Por las tardes pintaba el muro de blanco
y lo dejaba preparado
para anotar al día siguiente
el nuevo nombre soñado.

Con los años he dejado de pintar.

Con los años no he dejado de soñar.



domingo, 8 de diciembre de 2013

MEDITERRÁNEA



Pelo las naranjas
con mis manos
para que el aroma mediterráneo
me acompañe todo el día,
mientras ejercito el gesto
de subir mis gafas de ver
un mundo que no quiero,
o mientras acaricio mi barbilla,
por ejemplo,
para pensar este poema.
La gente que tiene cerca el mar
sueña más a menudo.
Sólo con verlo una vez
ya queda tatuado en tus entrañas.
Las jóvenes también son diferentes
por estas tierras.
Verlas pasar ya es poesía.

Sé que ella nació cerca del mar
porque era salada.
Cuando la pienso
todavía me huelen
las manos a naranja.

   

sábado, 7 de diciembre de 2013

VENUS




Dos muchachas se besan en un parque
mientras un acorazado lanza bombas en Oriente.
La de ojos verdes
esconde su mano en cuerpo ajeno.
El cuerpo ajeno
se presta con facilidad
para esconderla.
Mientras,
vuelve a aparecer el hambre en una aldea
donde la gente
por no tener,
ni tiene sueños.
Las muchachas se desnudan mutuamente,
se contemplan,
se desgranan a escondidas.
Saben que nunca saldrá su cita
en los diarios.
El amor
cuando es real
ya no es noticia.




ADICCIONES



Me diagnosticaron adicción a la vida
porque solía beberme
entero el sol
por las mañanas.
Me asusté un poco
al principio.
El médico me recetó
como terapia
leer la prensa,
no andar descalzo,
adivinar el futuro venidero,
no mirar a las muchachas
cuando pasean,
no cantar en la ducha
ni en voz alta,
no ensuciarme la cara
cuando como pasteles,
no buscar incansable
un yo-yo en los mercadillos,
y no intentar por las tardes
agitar los brazos
por si vuelo.

Llevo una semana
cumpliendo el tratamiento
a rajatabla.
Pero no noto mejoría.
Hoy he hablado con el mar
y me ha dicho
que lo deje,
que ya tengo claros síntomas
de estar volviéndome

adicto a la muerte.

ALMA




¿Dónde guardamos el alma?
A veces pienso
que podría estar en los pies
para poder aproximarnos
a un verano o a un precipicio.
Sin embargo,
otras veces creo que está en mis manos.
Repartida por mis dedos
que aporrean las teclas de un piano,
o acarician el teclado de una computadora,
o un pubis,
o el timbre de una puerta.
El alma también podría estar,
porque no,
a nuestra espalda.
Caminando nuestros regresos y regando las macetas
de las plantas que murieron ayer.


No sé dónde guardamos el alma.
Supongo que cada uno
la pondrá en un sitio.
La mía creo que está
golpeando los cristales
de una de las ventanas

de la que fue tu casa.

jueves, 5 de diciembre de 2013

ESPERANZA




Me apropié del cielo y los planetas,
del mar, del acantilado de tu boca.
Hice míos al sol y las mareas,
todas las migas de pan
y los pájaros que sobrevolaban
el pueblo en primavera.
Hice el amor con un banco,
en una plaza.
Abracé, sin vergüenza,
una carta de amor abandonada.
Levanté poco polvo
pisando con fuerza la explanada.
Quise ser el dueño de todo
y sólo pude ser dueño de nada.

Hoy
todo lo que tuve
lo tengo atrapado en mi ventana.
Con la esperanza
que pases,
me mires,
y te des cuenta
que tu nostalgia

también anda un poco estropeada. 



PRIMER POEMA




El primer poema que escribí
olía a muerte.
A una hermana que sin avisar se iba.
A unos tubos que no dejaban que se fuese.
La esperanza se mojaba hasta encogerse
y un estricto horario
sólo nos dejaba jalearla
diez minutos.
El resto lo empleamos
para ensayar un llanto
que tras veinte días de esa ausencia
acabó él por ensayarnos a nosotros.
Las noches, oscuras de por si,
eran eternas.
Los días, aunque hubiese sol,
eran oscuros.
El primer poema que escribí
olía a muerte.
Pero mi hermana aún tiene la suerte
de leerlo.





miércoles, 4 de diciembre de 2013

CALLE SAN PEDRO (ONDA)

JUSTO EN ESTA CALLE Y JUSTO EN ESTE TRAMO
ESTA MI INFANCIA CLAVADA EN LOS RINCONES.



La estrechez de la calle San Pedro
aún tenia espacio para albergar
a una abuela viuda
y un abuelo sustituto
que a pesar de sus rarezas
a mi me quería con locura.
Los balcones de ambos lados de la calle
se abrazaban
y los geranios lloraban desde ellos sus hojas
sobre las piedras de un suelo
que de nuestro andar
guardaba al tiempo y la memoria.
La calle sólo existía los domingos
y comenzaba a renacer
después de misa,
por eso siempre que ella y yo
nos encontrábamos
lucíamos nuestras mejores galas y promesas.
Yo con mi brillante pelo humedecido
y ella brillante igual por el lamer de los gatos.

A ella le entregué las rodillas de mis pantalones
y ella a mi me dio
platos de arroz, chocolatinas,
toneladas de paz y tres amigos.
Un día le robé unos veinte duros
y ella me robó la infancia entera.
Y esperó paciente
a abrir la puerta de mi adolescencia
cuando los geranios avisaron
que para mi abuela
aquella sería la última primavera.



domingo, 1 de diciembre de 2013

ACADEMIA DE DANZA




HELENA ENGUÍDANOS


En la academia de danza enseñan
como moldear el aire con las manos.
Acariciarlo, cosquillearlo,
y los delgados dedos usarlos para escribir
poemas en su panza.
En la academia de danza
deben siempre andar
como con miedo,
de puntillas,
para no pisar memorias oxidadas
ni silencios,
y así no despertar recelos
ni a los fantasmas que, como pueden,
viven detrás del espejo amontonados.
En la academia de danza
a veces también bailan
o por lo menos, eso es lo que quieren
hacernos creer a los profanos.
Tienen miedo que las ciudades se enteren
que allí dentro
los cisnes no llegan a morir nunca del todo
y rompiendo cascaras de nuez
uno puede ser feliz y no dejar de llorar eternidades.

Dentro, las agujas del reloj se vuelven locas.
Una bailarina puede estar volando por los cielos
y todo puede llegar a quemarte más que el fuego.


Por eso, por las noches
salen todos felices y agotados
de haber hecho el amor con ellos mismos.
De haber violado normas y recetas existentes
o de haber jugado con Dios al ajedrez
y haber ganado.

Pero por favor, no se lo digas a nadie.
De momento creo que es mejor que todos crean
que en la academia de danza
tan solo bailan.

BESO




Me gusta pensar
que si un día lanzo un beso al viento
mirando al Norte,
y otro mirando al Sur,
mis besos,
a la misma velocidad
se vayan buscando.
Y en el lado opuesto del planeta
se encuentren,
choquen
y exploten.
Y en ese momento,
en ese lugar
crezca un árbol.


CAMINATA




Las caminatas nocturnas
son para mirar al cielo.
Aguardar pacientes
que una estrella fugaz
nos active de nuevo
el corazón y la memoria.
Los que no tienen pareja
desean una.
Los que tienen pareja
desean un hijo.
Los que ya tienen el hijo
desean salud.
Los que ya tienen salud
desean dinero.
Y los que ya tienen dinero
desean una pareja, o un hijo, o salud.
Pero los que no tenemos
pareja, ni salud, ni hijo, ni dinero
miramos como la estrella
vuela ante nosotros
y cerrando los ojos pensamos
lo bonito que sería
si todo humano pudiese conseguir

lo que quisiera.