Es muy jodido ser
poeta.
Andar por un mundo
que nunca es el que se
escribe.
Cuando tú la ves
llorar
yo veo un río.
Cuando los humos
inundan las ciudades
yo adivino fantasmas en
el aire
intentando despojar de
sus ropajes
a las chimeneas
y a las muchachas
que me invento.
Es muy jodido ser
poeta.
Ir saltado a zancadas
los valles y montañas.
Poder beber miradas.
Poder tocar el sol.
Poder decirle al cielo
lo que él quiere
pero poder decirlo
cuando quiera yo.
Es muy jodido ser
poeta.
Saber que van a matarte
cada día
y después de cada
muerte
inventar una distinta
manera de nacer.
Llevar una conversación
normal con las gaviotas.
Enamorarte desde
arriba, por la izquierda,
junto a un faro.
Es muy jodido ser
poeta.
Fabricar obras de arte
con verduras.
Cantar un rock junto a
las sepulturas.
Hacer equilibrios sobre
los cable de alta tensión
un día de lluvia.
Coger el tono exacto de
un trueno
para poder unirte tú
también
a la tormenta.
Y hacerle antes caso a
un niño
que a un ministro
es muy jodido ser
poeta.
Pero lo más jodido que
tiene
es no saber como
demostrar
que el mundo que no es
el nuestro
no es el mundo de
verdad.