martes, 21 de enero de 2014

SOLITUDE




Mi soledad tiene una puerta
de madera carcomida.
Mi mirada un pájaro azul
que huele niño.
Mis atuendos resguardan
un puente levadizo
y dos de los tres deseos
que perdí al resbalar
en tus esquinas.
Mis palabras cojean a menudo
pero cuando les da por correr
no existe ser humano
que vaya detrás y las atrape.
Mis aplausos sólo aplauden bienvenidas
y en mis dedos
no acaban de cicatrizarse
las heridas.


V I O L E T S K Y




Cómo se llora cuando pierdes
algo que no pensabas nunca perder.
Cómo se llora cuando pierdes,
por ejemplo,
una pequeña piedra del patio del colegio,
o una palabra nueva,
o un padre, o todo tu futuro.
Cómo se llora cuando pierdes
el calcetín que forma par
con el que llevas.
Cuando pierdes la ocasión,
única ocasión
de lanzarte por el precipicio de unos ojos.
Cómo se llora cuando pierdes,
por ejemplo,
una partida al ajedrez contigo mismo
o miras el reloj
y las manecillas se cansaron de esperarte
y se marcharon con el primero que pasó.
Supongo que no se llorará igual
que cuando caes
y te lastimas la rodilla
o cuando pelaS una cebolla
en la cocina.
Sé que este tipo nunca para
y tus lágrimas se unen a los ríos,
los lagos y todos los océanos del planeta.
Y cuando sucede
hasta el cielo se coloca
su mejor traje
en tonos violetas.