
Cuando me reencarne, si me dan a elegir, quiero hacerlo en vela de cumpleaños.
Entonces, para mi, ya no pasará el tiempo.
Siempre tendré la cabeza caliente y mi camino será un dulce andar.
Y lo mejor de todo, un día me dejaran en un cajón junto con otros seres que decidieron reencarnarse en vela de cumpleaños como yo, y allí dentro de aquella pequeña bolsita de plástico, sabremos, por lo menos, que siempre habrá en el mundo alguien que una vez al año nos recuerde.
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