
Queriéndote querer
perdí mi tiempo.
Mi tiempo tan querido y adorado
que yo sabia que él sabia volar
y hoy ha volado.
Queriéndote querer
perdí mi brazo.
que comienza en el hombro
y termina en un pulgar
pobre de abrazos.
Queriéndote querer
perdí mi lápiz.
Así que te escribí mi último poema
en la arena de tu playa,
con un bastón
y como no, con pocas ganas.
Queriéndote querer
perdí una hoja de mi azul calendario
sin vino ni rosas.
Pero algo en común tengo contigo,
que tú
queriéndolo querer
perdiste el alma.
Así que me consuela saber
que ambos quisimos.
Que una vez vivimos sin vivir.
Pero vivimos.
Quien pudiera perder el tiempo queriendo, lamentablemente lo perdemos haciendo infinidad de gilipolleces. Que bonito vivir en un sin vivir...besitos.
ResponderEliminar31-12-2010
ResponderEliminarNo se escribir poesía, pero recuerdo que aquel día también escribí un poema para alguien muy especial, y por similares razones... quizá nunca debí haberlo escrito... duele mucho borrarlo, saber que nunca lo leerá...