martes, 9 de abril de 2013

CHARCOS




Anaranjados quedan los charcos
después de la tormenta.
Los niños creen que son océanos
y jugando
los intentan saltar
de lado a lado.
Los charcos esperan los buenos tiempos
para desaparecer,
pero antes miran hacia arriba
sobre todo
cuando con faldas
pasean las muchachas.
Ellos llevan dentro
el tiempo pasado de llovizna
y sobre el asfalto
intentan dibujar
girasoles y monalisas
o sencillamente
se disfrazan de mar u océano
con la única finalidad
de ser saltados.

Ellos, sin saberlo,
se hacen imprescindibles.






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