Hace unos meses tuve un sobrinito nuevo.
A las pocas horas de nacer le regale este poema.
Me da igual
que la tierra se
parta en dos pedazos.
Que llueva desde el
cielo
un fuego abrasador
sobre mi calle.
Me da igual
que se desborden los
mares o los ríos
o que caiga el techo
de la catedral.
Me da igual
si los males me
persiguen,
si alguien se dedica
a ir enderezando mis
esquinas.
Que un extraño
anude mis manos
por si escribo
o tape mi boca
por si una mañana
me levanto con ganas
de besar.
No me da igual
porque crea ser más
fuerte
ni porque de
valentía quiera alardear.
Me da igual
porque hace un par
de horas
en mi familia
somos uno más.
De verdad que acontecimientos como ese nos dan fuerzas para afrontar casi cualquier cosa de la vida. Precioso poema.
ResponderEliminarUn saludo.