No traigo nada en mis bolsillos.
Tan sólo mis manos
que aún huelen a naranja
recién agarrada del árbol.
Mis manos que aún tienen
tu silueta dibujada,
y si las miro al trasluz
te puedo ver danzar
todavía
en la oscuridad
que ya no es tuya.
No traigo nada en mis bolsillos.
Tan sólo mis manos
que te escriben
aunque no existas.
Siendo nadie,
siéndolo todo en mi fiel papel.
Sólo mis manos cansadas y agrietadas
traigo en mis bolsillos
que creo están rompiéndose.
Mis manos de aplaudir,
de contar
sólo hasta diez.
De contar
sólo contigo.
Eso es todo lo que traigo.
Mis manos.
No traigo nada más en mis bolsillos.
Tan sólo mis manos de dar.
Lo traigo todo.
Seguro que con ellas basta...para estremecer. Un beso.
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