La primera razón que tengo para seguir en vida
es tu sonrisa.
Por ella se desvelan las madrugadas.
Por ella alzan el vuelo las palomas muertas.
Otra de las razones que hacen que a esta hora siga vivo
creo que anda presa
en tu mirada,
expectante, tímida en misterio,
inquietante, tranquila, engalanada.
El enrojecer de tus mejillas
lento y lento,
es la tercera razón del mismo cuento.
Y pienso,
cómo puede ser
que tres razones que tengo para seguir vivo,
al unirse,
al mirarme, enrojecerte y sonreír,
sean las tres juntas el motivo
por el que uno
puede
hasta
morir.
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